Este artículo refleja mi experiencia personal y profesional en el desarrollo de un evento que considero clave para el futuro de la educación europea. Agradezco profundamente a todos los que hicieron posible esta jornada, en especial a Álvaro Higuera principal impulsor de esta iniciativa, y a aquellos que, día a día, trabajan para que la juventud de Cantabria se convierta en el motor del cambio y la innovación
El pasado 20 de febrero, tuve el privilegio de participar activamente en un proyecto que representa un gran avance para la educación europea en nuestra región. En la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Cantabria se celebraron las III Olimpiadas de la Unión Europea, un evento pionero que ha congregado a 30 estudiantes de siete centros educativos cántabros, entre los que se encuentran el I.E.S Villajunco, I.E.S Cantabria, I.E.S Leonardo Torres Quevedo, Colegio La Paz, I.E.S Valle de Camargo, I.E.S El Astillero y el I.E.S Ricardo Bernardo.
Las Olimpiadas de la UE son una iniciativa impulsada por Equipo Europa, la principal asociación de jóvenes europeístas de España, cuyo propósito es fomentar entre los estudiantes el conocimiento y la reflexión sobre el funcionamiento de la Unión Europea. El evento se enmarca en una estrategia más amplia para inspirar a la juventud a comprometerse con los retos medioambientales y sociales que enfrenta nuestro continente, promoviendo al mismo tiempo valores como la solidaridad, la diversidad y la sostenibilidad.
La jornada, celebrada en un espacio académico de prestigio en la UC, no solo buscó poner a prueba los conocimientos de los participantes sobre la UE, sino también incentivar el debate y la generación de propuestas innovadoras que puedan contribuir a la transformación social y ambiental de nuestra comunidad.
La actividad comenzó puntualmente a las 10:45 horas, contando con la presencia de expertos y catedráticos que dirigieron mesas redondas orientadas a la reflexión sobre los desafíos medioambientales y las oportunidades que ofrece la integración europea. Durante el transcurso del día, los jóvenes se enfrentaron a diversos retos: debates, actividades prácticas y la redacción de ensayos que posteriormente serían evaluados por un tribunal académico. El ganador de la prueba tendrá la oportunidad de avanzar a la fase nacional de la competición, que se celebrará próximamente en Asturias.
El evento contó además con el respaldo de instituciones clave como Europe Direct Cantabria, el decanato de la Facultad de Económicas de la Universidad de Cantabria y la Universidad Europea EUNICE, lo que confirma la relevancia y el compromiso interinstitucional con este tipo de iniciativas.
Como Delegado de Eventos y Participación en Equipo Europa (cargo que anteriormente desempeñé como Delegado de Formación), me he involucrado de manera directa en la organización y coordinación de esta jornada. Mi experiencia en el ámbito de la formación y la organización de eventos europeos me ha permitido contribuir a que “Cantabria se suma a las Olimpiadas de la UE” deje una huella positiva en la comunidad educativa.
Organizar un evento de esta magnitud implica coordinar a múltiples actores: desde la planificación logística hasta la definición de contenidos académicos que sean tanto formativos como inspiradores. En este sentido, me enorgullece haber colaborado estrechamente con el equipo de Equipo Europa para garantizar que cada detalle estuviera alineado con los objetivos del proyecto.
Uno de los momentos clave de la jornada fue la evaluación de los ensayos redactados por los estudiantes, tarea que recayó en el Tribunal Calificador. En este equipo tuve el honor de participar junto al profesor Marcos Fernández, Profesor Titular de Universidad en el Departamento de Economía de la Universidad de Cantabria, reconocido por su extensa trayectoria y compromiso con la investigación y la docencia.
Trabajar codo a codo con el profesor Fernández no solo enriqueció la evaluación académica del evento, sino que también permitió combinar perspectivas teóricas y prácticas para valorar el potencial y la creatividad de los jóvenes participantes. Su riguroso criterio académico y su amplia experiencia en proyectos europeos aportaron una visión valiosa que, sin duda, contribuirá a potenciar el talento de los futuros líderes de nuestra región.
La realización de las Olimpiadas de la UE en Cantabria supone un paso firme hacia la consolidación de una cultura de participación y compromiso en temas de relevancia europea. Este tipo de iniciativas no solo fortalecen el conocimiento sobre el funcionamiento de la Unión Europea, sino que también abren nuevas vías para que los jóvenes se conviertan en agentes de cambio en sus comunidades.
El evento ha generado un impacto positivo que se extiende más allá del ámbito académico. Al poner en el centro la sostenibilidad y la innovación, se fomenta una visión integral del desarrollo que involucra tanto a las instituciones educativas como al tejido social y económico de nuestra región. La implicación de diversas entidades, desde la propia Universidad de Cantabria hasta organismos europeos, refuerza la idea de que la colaboración interinstitucional es esencial para afrontar los retos del siglo XXI.
Además, el evento ha servido de escaparate para demostrar que Cantabria se suma a las Olimpiadas de la UE no es simplemente un eslogan, sino una realidad palpable que impulsa a la juventud a explorar nuevas ideas, debatir sobre problemáticas actuales y, sobre todo, a involucrarse en la construcción de una Europa más sostenible y unida.
Participar en las Olimpiadas de la UE ha sido una experiencia enriquecedora y motivadora que reafirma mi convicción sobre la importancia de impulsar proyectos educativos de carácter europeo. Este evento, que ha logrado reunir a estudiantes de distintos centros y ha contado con la participación de reconocidos académicos, sienta las bases para futuras ediciones que, estoy convencido, seguirán elevando el nivel de compromiso y excelencia en la formación de nuestros jóvenes.
Como Delegado de Eventos y Participación en Equipo Europa, me siento especialmente orgulloso de haber contribuido a que “Cantabria se suma a las Olimpiadas de la UE” se convierta en un ejemplo de innovación y cooperación educativa. Asimismo, mi papel en el Tribunal Calificador, en colaboración con el profesor Marcos Fernández, ha permitido valorar de manera objetiva y constructiva el potencial de los participantes, garantizando que solo el mejor de ellos avance en este prestigioso certamen.
Mirando hacia el futuro, estoy convencido de que iniciativas como esta no solo fortalecerán la identidad europea entre la juventud cántabra, sino que también impulsarán el desarrollo de proyectos que beneficien a toda la comunidad. La integración de la educación, la sostenibilidad y la innovación en un mismo proyecto es un modelo a seguir que puede replicarse en otras regiones y ámbitos, contribuyendo a la construcción de una sociedad más informada, comprometida y proactiva.
En definitiva, este proyecto representa mucho más que una competencia: es un espacio de encuentro, aprendizaje y transformación que nos invita a repensar el futuro de Europa desde la base. Estoy seguro de que, gracias al esfuerzo conjunto de todos los implicados, será el inicio de una larga tradición que marcará un antes y un después en el ámbito de la educación y la participación juvenil en nuestra región.
Este artículo refleja mi experiencia personal y profesional en el desarrollo de un evento que considero clave para el futuro de la educación europea. Agradezco profundamente a todos los que hicieron posible esta jornada y a aquellos que, día a día, trabajan para que la juventud de Cantabria se convierta en el motor del cambio y la innovación.